Frangelico es una de esas marcas que ha conseguido ser reconocida por encima del producto. Para lograrlo no ha tenido otra receta que la de emplear una receta centenaria y el mejor producto, las avellanas Tonda Gentile.

Las avellanas Tonda Gentile son conocidas por ser más grandes, gruesas y uniformes, con una cáscara que se quita con facilidad, perfectas para tostar sin un sabor amargo. Su sabor dulce es la razón de que sean tan buscadas para dulces famosos y cremas de chocolate populares en todo el mundo. Las avellanas Tonda Gentile, cultivadas en el Langhe, una zona de colinas y pintorescos pueblos al sur del Piamonte, se usan también para obtener el destilado para Frangelico. Las avellanas, después de tostadas y destiladas con alcohol, se mezclan con otros preparados aromatizantes, como coco, café y vainilla, según una receta secreta y se transforman en más de 3 millones de botellas de Frangelico que se degustan en todo el mundo, además de en su Italia natal.

Frangelico es el nombre del monje que hacia el año 1600 inventó esta bebida. Vivía en una ermita del Piamonte italiano. Una de las zonas más hermosas de Europa, donde los embutidos, las trufas y los vinos, son de renombre.  Según Barbero, el fabricante del producto en Italia, el nombre del licor se basa en una leyenda de un ermitaño llamado Fraile Angélico que "creaba recetas de licores únicas y especiales". 

De color dorado, pálido casi transparente, este licor de avellana tiene una agradalbe textura en boca y un sabor y olor intenso a avellana, al que se le suman notas de vainilla y chocolate negro. Final suave y largo con retrogusto fragrante.