Sarandonga Chips. Así eran conocidas las primeras patatas fritas, que esconden una anécdota. Corría 1853 en Moon Lake Lodge's, en Sarandonga Summers, Nueva York, y un cliente recriminaba continuamente al chef que no cortaba suficientemente finas las patatas.

Cansado, el cocinero decidió darle una lección y hacerlas tan tan finas no fuera imposible pincharlas con el tenedor. No hizo falta. Sin saberlo, acababa de crear probablemente el snack más versionado y consumido de la historia. Pronto todos los clientes empezaron a pedir aquella nueva y extraña especialidad.

Estas mantienen la esencia de las habituales patatas fritas pero le añaden un sutil toque a ajo. Se presenta en bolsas de 500 gramos para su mejor conservación.